Esta vivienda se nos plantea como un pabellón asociado a la piscina y al jardín, una ampliación de una vivienda existente para albergar a los miembros de una familia creciente. La relación con el jardín y la piscina nos lleva a generar una planta pasante, en la que una pastilla central de doble altura e iluminada cenitalmente atraviesa la casa y sirve de calle interior a la que abren todas las estancias y galerías.

Muy lúdica en su concepción, alberga cuartos de juego, zonas de agua y hasta un jardín interior que, combinados con la planta abierta estadounidense, buscan difuminar los límites del dentro-fuera, del privado-público.

El exterior se mantiene sobrio, en un estricto monocromo que no compite con la naturaleza exterior, ni en sus verdes vegetales ni en sus azules acuosos; pero que define claramente una geometría contemporánea que contrasta con la vivienda original.